📓 El sketchbook como espacio seguro (y por qué no tiene que ser bonito)

Durante años tuve una relación rara con mis libretas de dibujo. Me daba miedo “estropearlas”, como si cada página tuviera que ser digna de una exposición. Spoiler: eso solo consiguió que dejara de usarlas.

Con el tiempo, entendí algo muy simple pero poderoso: el sketchbook no es para mostrar, es para explorar.

¿Para qué sirve un sketchbook de verdad?

  • Para probar cosas sin presión: ideas raras, estilos distintos, personajes que no sabes si van a ningún lado.
  • Para soltar la mano y perderle el miedo al trazo.
  • Para equivocarte mucho y ver cómo cada error también te enseña algo.
  • Para documentar tu evolución como artista, aunque no todo sea bonito.
  • Para crear sin esperar aprobación externa, solo por el placer de hacerlo.

Ahora llevo siempre una libreta encima. A veces solo garabateo. Otras hago estudios rápidos. Otras, dibujos más completos. Pero lo importante es que ya no me juzgo tanto por lo que sale.

Y lo mejor de todo: muchas veces de ahí salen ideas que luego uso para algo mayor —un reel, una ilustración digital, o simplemente una reflexión que comparto con ustedes por aquí.

Si estás empezando o si sientes que tu sketchbook “no está a la altura”, solo te digo esto: úsalo como si nadie lo fuera a ver jamás. Solo así empieza la verdadera magia.

— Saúl (Saulirion)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio